EL REENCUENTRO
Y entonces, en ese instante preciso, una brisa suave se levantó, acariciando el rostro de todos los presentes y refrescando el sudor de aquella calurosa tarde del 13 de julio. Todo quedó suspendido por unos segundos, fundiendo para siempre las dos almas, devolviendo al mundo su ritmo y, a ellos, su promesa eterna.
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